La Iglesia Luterana es ante todo una Iglesia Cristiana, que continúa y respeta la tradición de la Iglesia antigua desde la época de los apóstoles hasta la Reforma del siglo XVI. Es durante esta última Reforma que la Iglesia Luterana se separa del Catolicismo Romano, como ya lo habían hecho antes la Iglesia Ortodoxa de Oriente (año 1.054). La rigidez y mentiras de la iglesia de la época condujeron a muchos a alzar la voz pidiendo justicia, igualdad y respeto por el Evangelio, pero él único que logró sobrevivir antes de la Reforma fue Martín Lutero, quien con gran celo y fidelidad a la Palabra de Dios, buscó una reforma interna en la misma Iglesia hasta que las fuerzas de la época no dejaron otra alternativa que separarse de Roma y establecer una Iglesia Cristiana no romana en Alemania. De aquí se expande el ímpetu reformador hacia toda Europa dando pie a otras visiones de iglesia como los Calvinistas (Suiza) y los Anglicanos (Gran Bretaña). Esto es lo que llamamos CONFESIONALIDAD de la iglesia. Todos somos cristianos: evangélicos, calvinistas, luteranos,  católicos, etc. pero nuestra confesionalidad es distinta, en cuanto nuestra forma de ser y de vivir el cristianismo es según la perspectiva “luterana” o “protestante”. Entonces vemos que hay cristianos católico-romanos, cristianos luteranos y así… formando todos juntos a la Iglesia de Cristo. Si bien creemos en las Sagradas Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento como la única autoridad de fe y base de la práctica cristiana, vivimos esa fe  según las Confesiones Luteranas que emanan de la interpretación crítica de la Biblia y que se encuentran redactadas en distintos escritos teológicos desde la época de la Reforma hasta la actualidad. Porque predicamos y practicamos el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo en el mundo, es que promovemos el trabajo en conjunto hacia la comunión de todos los cristianos «unidos en la diversidad». Estamos unidos en Cristo, por lo tanto, entendemos que nuestra forma de vivir a Cristo en el mundo debe ser diversa y plural, aceptando las diferencias y dones que cada uno tiene y que se desarrollan mejor dentro de una determinada confesionalidad que otra. Los textos fundantes de la Confesionalidad Luterana,  son:

–          Las 95 Tesis en contra de la Venta de Indulgencias (Martín Lutero, 1517)

–          La Libertad Cristiana (Martín Lutero, 1520)

–          El Catecismo Menor y el Catecismo Mayor (Martín Lutero, 1527)

–          La Confesión de Augsburgo (Felipe Melanchton, 1530)