Lo que quieres saber sobre la Iglesia Luterana

Compartimos un rápido paso por nuestra iglesia, especialmente dedicado para aquellos que necesitan saber lo fundamental sobre nuestra tradición y las principales diferencias con otras iglesias cristianas:


La Iglesia Luterana es parte de la Tradición Cristiana, desde Jesucristo y sus apóstoles. Ahora bien, la Iglesia Luterana no se limita a las prácticas de la iglesia de hace 2,000 años, pues en los días de los apóstoles, la iglesia aun no había desarrollado los preciosos himnos, oraciones y formas de adoración como las tenemos hoy en día. La iglesia no debe estancarse, sino que bajo la guía del Espíritu Santo debe adaptar sus formas al ambiente, idioma y época en que vive. De esta manera, nunca se pretendió crear una iglesia “nueva”, sino reformar la misma Iglesia Católica que no andaba por buenos pasos en la época de la Reforma (siglo XVI). Entonces nosotros no rechazamos la historia del Cristianismo ni tampoco la historia del Catolicismo Romano hasta la Reforma Protestante del siglo XVI. De aquí que el tronco es el mismo (hay un sólo Bautismo válido para todos los “cristianos históricos”), pero desde la Reforma, somos dos iglesias distintas  con la Católica Romana, aunque muy cercanas en forma y esencia, y con un importante proceso de acercamiento y trabajo en conjunto. Leer más en:  Historia de la Iglesia Luterana y La Confesionalidad.

La Iglesia Luterana invita a vivir la fe en libertad. Esto significa que no creemos en leyes eclesiásticas ni jerarquías dentro de la iglesia. En nuestras Comunidades no hay diferencias de estado ante Dios, nadie es más pecador ni más santo que el otro, y el liderazgo de la iglesia se da en conjunto entre laicos/as y pastores/as. Creemos en el sacerdocio universal de todos los creyentes, que significa que todos somos llamados a ser sacerdotes para nuestros hermanos y hermanas que necesitan una palabra de consuelo y de amor, aunque esto no excluye la necesidad de contar con pastores y pastoras dedicadas a la obra de la fe en la Iglesia y ordenados correctamente para el ministerio de la Palabra y los Sacramentos. En nuestra iglesia practicamos la igualdad entre hombre y mujer en todo ámbito, y especialmente en cuanto al Ministerio Ordenado, es decir que tenemos tanto pastores como pastoras, obipos y obispas. En nuestra tradición no se hacen diferencias entre razas, sexo, ni estatus social. Leer más en: La Iglesia Luterana y la Libertad Cristiana.

Nuestra iglesia es democrática en todo sentido y son los miembros los que, junto a los pastores, toman las decisiones sobre la mantención y misión de la iglesia. Los obispos no son los “jefes” de los pastores, sino que son los pastores de los pastores, elegidos democráticamente por los mismos.  Los pastores son a su vez elegidos democráticamente por la Comunidad que solicita su servicio pastoral y tienen un contrato de trabajo y responsabilidades al igual que cualquier otra profesión. Somos una iglesia “horizontal” y no “piramidal”. Cada Comunidad es dirigida por un Directorio compuesto por laicos y el pastor. Es por esto que no creemos en ningún tipo de Papa ni tampoco un líder espiritual especial; si bien respetamos a todos, siguen siendo seres humanos igual que nosotros. Los luteranos estamos reunidos a través de la Federación Luterana Mundial, que es una comunión de Iglesias Luteranas que colabora y ayuda, pero no legisla, proponiendo teologías renovadas y adecuadas a nuestro tiempo y sirviendo a las iglesias ante todo tipo de dificultades y desastres naturales. Leer más en : Las Iglesias Luteranas.

Nuestra tradición desde la Reforma reconoce 2 Sacramentos de los 7 que tiene la Iglesia Católica Romana: El Bautismo y  la Santa Cena (Eucaristía). El Bautismo es el mismo en toda Iglesia “histórica” por lo cual se reconoce mutuamente el bautismo realizado en la Iglesia Católica y vice-versa; lo mismo sucede con las iglesias tradicionales como la Anglicana, Reformada, Ortodoxa, etc. El Sacramento de la Santa Cena en nuestra iglesia es para todos los bautizados y no hay impedimentos para que los católicos u otras confesiones lo reciban en comunión con nosotros. La invitación es para todos. Leer más en: Los Sacramentos.

Como el Matrimonio no es considerado un Sacramento, sino una bendición, nosotros aceptamos el divorcio y la separación, y llevamos a cabo un nuevo casamiento para aquellos que logran encontrar un nuevo amor en sus vidas.Toda pareja que esté casada por el civil, se ame mutuamente y sen bautizados, puede contraer matrimonio, aunque sea separada o divorciada. Leer más en: Matrimonios.

En nuestra iglesia creemos que cada uno debe vivir su sexualidad con responsabilidad y en el amor, por lo cual promovemos la planificación familiar sustentable y el uso de métodos anticonceptivos. Como comunidad creemos que las relaciones pre-matrimoniales no son pecado mientras se den en un contexto de respeto y amor en pareja. Asimismo, aceptamos la homosexualidad y no buscamos “transformar” a las personas de orientación homosexual, ni consideramos la homosexualidad como un pecado. Si bien cada cual es libre de tener una opinión, la Iglesia  Luterana de muchos lugares acepta el amor homosexual y lo bendice, más entendemos que es un tema conflictivo y no hay uniformidad en la teología al respecto. Leer más en:  Sexualidad y Teología.

Como Iglesia Cristiana respetuosa de la tradición que nos une a todos, los luteranos seguimos el Calendario Litúrgico de la Iglesia con sus fiestas y tiempos más importantes: Adviento, Navidad, Epifanía, Cuaresma, Pascua, Pentecostés, etc. Nuestra liturgia en los Cultos es muy similar a la misa católica, pero desde una perspectiva más cercana y con mayor libertad. Nuestras celebraciones buscan la reflexión y espiritualidad en los asistentes, y usualmente se privilegia la música tradicional con órgano. Leer más en: El Culto Cristiano.

La Iglesia Luterana no es algo nuevo, sino el resultado del movimiento reformador que sacudió a la Iglesia cristiana en el año 1517.  El Dr. Martín Lutero, monje católico romano de la orden Agustina, impulsó este movimiento para librar a la iglesia de enseñanzas erróneas y de muchos abusos que se practicaban en la misma.  El deseo del reformador no fue fundar una iglesia nueva o crear divisiones, sino llevar a la Iglesia a sus raíces del Nuevo Testamento, hacia una fe viva y sencilla.  Su propósito principal fue que el ser humano pudiera conocer y relacionarse libremente con Dios por medio de la Biblia.  En la Escritura, Dios ha revelado a su Hijo Jesucristo como el Salvador de toda la humanidad y como el único mediador para recibir la Vida Eterna junto a Él.  Esa vida eterna fue ganada para nosotros por medio de la muerte de Jesucristo en la cruz y es ofrecida gratuitamente a todo creyente (por Gracia).  Esta es la razón por la que la predicación y la enseñanza crítica de la Biblia ha sido y es el principal énfasis de la Iglesia Luterana.

La Iglesia Luterana sigue la tradición apostólica universal pues se encuentra dondequiera que se predique el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Además, no reniega de la historia de toda la iglesia Cristiana, sino que aprende de ella para no cometer los mismos errores y busca una fe más sencilla y al mismo tiempo, más espiritual. También es apostólica porque proclama, enseña y confiesa las mismas doctrinas de los apóstoles.  Los luteranos afirmamos, al igual que el resto de las iglesias históricas, los tres Credos de la Cristiandad: El Credo Apostólico, el Credo Niceno y el Credo Atanasiano, como resúmenes correctos de la fe bíblica, evangélica y protestante. 

La Iglesia Luterana… Una Iglesia Litúrgica: La Biblia es la base de la adoración luterana, pero generalmente los oficios de adoración o cultos mantienen la forma tradicional de la liturgia.  Esto incluye el canto de himnos, la confesión de pecados, las lecturas bíblicas dominicales,  la predicación y la celebración de losSacramentos: el Santo Bautismo y la Santa Cena. En la adoración luterana se usa el calendario cristiano y sus estaciones; el Adviento, Navidad, Epifanía, Cuaresma, Pascua, Pentecostés, etc. También se usan velas, cruces, flores, altares, imágenes, talares o albas (atuendos litúrgicos), todos éstos medios que afirman la tradición litúrgica cristiana.  Cada congregación determina por sí misma el uso apropiado de estos medios.

La Iglesia Luterana… Enfatiza la Predicación y la Enseñanza de la Palabra de Dios: Es bueno re-afirmar que la Iglesia Luterana pone énfasis en la predicación y en la enseñanza de la Palabra de Dios.  Los sermones (o prédicas) y los estudios bíblicos nos conducen al conocimiento de las verdades divinas y al fortalecimiento de la fe que la Palabra establece en nuestros corazones.  Por medio de la enseñanza del amor de Dios llegamos a conocer nuestra condición pecaminosa y por medio de las buenas nuevas del Evangelio aprendemos lo que Dios ha hecho por nosotros en Cristo Jesús.  Por eso es que el mensaje de toda predicación y enseñanza en la Iglesia Luterana enfatiza lo siguiente:  Por gracia ustedes han sido salvados mendiante la fe (Efesios 2:8).

La Iglesia Luterana enseña que…

  • La Biblia es la única Palabra de Dios. Ella es el único medio por el cual Dios se revela a la humanidad.

  • Dios es Trino: Uno en tres Personas; Padre, Hijo y Espíritu Santo. Dios es Creador, Redentor y Santificador.

  • Jesucristo murió en la cruz del Calvario para salvar al mundo de sus pecados.

  • Una persona se salva, no por sus propias obras, sino solamente por la gracia de Dios mediante la fe en Jesucristo. Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en El no se pierda, sino que tenga vida eterna (Juan 3:16).

  • La gracia de Dios es el amor inmerecido de Dios hacia nosotros y su constante intención de perdonarnos y buscar nuestra fe y confianza en Él.

  • La iglesia está formada por todos los cristianos que creen en Jesucristo como Señor y Salvador y son Bautizados en nombre de Dios Trino.

  • El Santo Bautismo es un Sacramento por medio del cual una persona vuelve a nacer de nuevo por medio del Espíritu Santo.Dios nos salvó mediante el levantamiento de la regeneración y de la renovación por el Espíritu Santo (Tito 3:5).

  • La Santa Cena es un Sacramento donde están presentes en el pan y el vino, el verdadero cuerpo y la verdadera sangre de Jesucristo, entregadas para el perdón de nuestros pecados y el fortalecimiento de nuestra fe con la presencia real de Cristo en nosotros. Por medio de la Santa Comunión Dios reafirma al comulgante el perdón completo de sus pecados. Esto es mi sangre del pacto, que es derramada por muchos para el perdón de pecados. (Mateo 26:28). Todos los bautizados son invitados a participar de la Mesa abierta del Señor.

  • Vivimos la fe en libertad, lo cual significa que no creemos que la iglesia ni la creencia en Dios limita nuestra forma de ser ni de expresarnos, sino que nos libera de conservadurismos y del espíritu sectario de otras denominaciones.

  • La Biblia se lee desde una perspectiva crítica y doble lectura: desde “su” contexto y desde “nuestro” contexto. La Biblia contiene el mensaje de Dios para todos nosotros, pero ese mensaje hay que contextualizarlo a nuestra realidad, ya que no es la intención del texto bíblico ser un “manual” sino más bien, un libro de fe, que contiene la Palabra de Dios para el ser humano.

  • Igualdad de hombre y mujer en la sociedad, la Iglesia y el ministerio

 

¿Quienes somos los Cristianos Luteranos?

  

EL INICIO: 31 de octubre de 1517. El monje agustino, sacerdote y profesor Dr. Martín Lutero (1483-1546) clava en la puerta de la iglesia del Castillo en Wittenberg, Alemania, un pergamino en el que expone 95 Tesis contra la venta de indulgencias, promovida por el Papado desde Roma. Con esto, Lutero rechaza la creencia en que uno  logra su salvación por medios propios o intercesión de los santos, sosteniendo que se logra sólo por la fe y gracia de Dios. Así comienza la Reforma Protestante del Siglo XVI.

REFORMA: Basándose en las Escrituras, Lutero advirtió que el amor de Dios nos es dado como un regalo (por gracia) a través de la fe, y que no se puede conquistar por buenas obras ni dinero; como se creía en la Iglesia de la época. «El justo por la fe vivirá» (Ro 1:17), quiere decir que la vida es un regalo de Dios que se obtiene sólo por la fe. Al poco tiempo, miles de personas –y hasta países enteros– se sumaron al pensamiento vivo de Lutero, que sin romper con las tradiciones cristianas más antiguas, conducía a una fe más auténtica, basada en las verdades bíblicas más profundas. Años antes ya se promovía una reforma para toda la Iglesia, pero será Lutero quien lograría concretarla a través de una apasionada fidelidad a la Palabra de Dios.

VISIÓN: Luego de grandes disputas e incontables esfuerzos por mantener la unidad, los “protestantes” alemanes se separan del catolicismo romano en 1530, a través de un resumen bíblico-teológico llamado Confesión de Augsburgo. De aquí en más, el luteranismo se expandirá hasta convertirse en la iglesia protestante con más presencia en el mundo.

 

La Iglesia Luterana es:

–  Es CRISTIANA, porque nuestro fundamento es Jesucristo; desde la fe en Dios Trino Padre, Hijo y Espíritu Santo, según establece en los CredoS de la Iglesia.

–  Es BÍBLICA y CONFESIONAL, porque creemos en las Sagradas Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento como la única autoridad de fe y base de la práctica cristiana, vividas según las Confesiones Luteranas que emanan de la interpretación crítica de la Biblia.

–  Es SACRAMENTAL LITÚRGICA porque a través de los 2 Sacramentos: el Santo Bautismo y la Santa Cena (Eucaristía), Dios viene hacia nosotros para fortalecer y renovar nuestra fe, en la forma del Culto Cristiano.

–  Es EVANGÉLICA ECUMÉNICA, porque predicamos y practicamos el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo en el mundo, promoviendo el trabajo en conjunto hacia la comunión de todos los cristianos «unidos en la diversidad».

–  Es INCLUSIVA porque creemos en la NO discriminación de las personas en la Iglesia e invitamos a separados,  divorciados y escépticos a renovar sus vidas y compartir la fe y los Sacramentos en Comunidad.

–  Y es PROTESTANTE porque como herederos de la Tradición Cristiana y de la Reforma, protestamos contra la injusticia en el mundo, defendiendo la dignidad y equidad entre las personas.
Somos una Iglesia que está en constante reforma y crecimiento para ofrecer un renovado testimonio del amor de Dios a todo el mundo.

 

Los 4 Sólos:

Nuestra teología se puede resumir en los “4 SÓLOS” que reunen lo más importante de la fe cristiana que profesamos desde nuestro entendimiento y práctica:

– SÓLO CRISTO: El único fundamento de toda la Iglesia, de su fe y de la fe de cada uno de los cristianos es Cristo y solamente Cristo. Sólo en Cristo el ser humano puede conocer a Dios y recibir su salvación y Vida Eterna. El único mediador entre Dios y nosotros es el mismo Dios en Jesucristo, por lo cual no se puede aceptar ningún tipo de mediación o mediador entre Dios y los seres humanos que no sea Cristo. Ya sea los Santos o la mismísima Virgen María, no podemos tomarlos como mediadores, ya que aunque sí creemos en ellos, no tienen poder ni autoridad para “mediar” ni interceder con Dios, sino sólo Dios mismo en su Hijo Jesucristo: «Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los seres humanos: Jesucristo, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos» (1ª Timoteo 2:5-6).

– SÓLO ESCRITURA: La única fuente de revelación son los Escritos de las Sagradas Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento. El mensaje Bíblico constituye la única norma para la enseñanza y vida de la Iglesia, de aquí que los cristianos luteranos creemos en que no hay otro libro ni documento que sea revelación de Dios, inspirada por el Espíritu Santo, a parte de la Biblia. Los escritos “luteranos” como la Confesión de Augsburgo, los escritos de Lutero y otros teólogos, no son Palabra de Dios, sino una interpretación de ésta, la cual se puede discutir, criticar o aceptar. “Toda la Escritura está inspirada por Dios, y es útil para enseñar y para argüir, para corregir y para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para hacer siempre el bien” (2 Timoteo 3:14-17).

– SÓLO FE: La fe es la única vía de unión entre Dios y el ser humano, por ende, la fe es lo único necesario para la salvación y Vida Eterna. La fe implica tanto creeren Dios, como confiar en Dios, entregarse a Él y vivir la vida en esa fe. La cita «el justo por la fe vivirá» (Romanos 1:17) será la que cambiaría la vida de Lutero y también del mundo, al entender que el justo (el bautizado) vive en Dios por su fe, y no por sus obras. Por eso decimos que “sólo la fe salva”, sobreentendiendo que desde la fe, Dios obra en nosotros buenas obras, ya que una fe sin obras no es fe, sino ilusión, autoengaño y mera imaginación. La promesa de Vida Eterna, entonces, no depende del mérito o de la virtud de los seres humanos sino que es un regalo inmerecido que recibimos por gracia de Dios (= gratis / Sólo gracia).  Desde aquí sostenemos que nuestra fe nos llama a vivir en libertad, desde la autoconsciencia de cada uno hacia la búsqueda de servir a Dios y al prójimo, como respuesta al amor de Dios, acto que realizamos libremente y no para “ganarnos” a Dios ni el cariño de nuestros prójimos. En esto consiste nuestralibertad cristiana, en que cada uno –y juntos en Comunidad– alabamos y servimos a Dios por amor, sin esperar nada a cambio, sólo por la fe y la necesidad de externalizar nuestro amor por Dios.

– SÓLO GRACIA: Dios nos ama incondicionalmente y nos acepta como sus hijos e hijas, perdonándonos sólo por misericordia y gracia, por medio de la muerte vicaria de Jesucristo en la cruz. Gracias a que Jesús murió por nosotros y resucitó, todos los que creemos en Él podremos resucitar también junto con Él y así, vivir la Vida Eterna en la paz y comunión con Dios. Éste es un regalo que, a menudo, nos cuesta comprender y aceptar, precisamente por ser gratuito. Los luteranos somos muy claros en decir que ¡no hemos hecho nada para merecerlo! Sino es pura bondad de Dios quien en su infinito amor nos ha dado vida en la muerte de su propio Hijo. Es precisamente la gracia de Dios, la que nos hace ser cristianos y nos fortalece para que vivamos con una fe viva y dinámica en el mundo que nos rodea. “Ustedes han sido salvados por su gracia, mediante la fe” (Efesios 2:8).

El Luteranismo en el Mundo

Si bien el cristianismo de confesión luterana comienza en Alemania, se extiende rápidamente hacia otros rincones de Europa; para luego alcanzar a todo el mundo, transformándose en la actualidad en la iglesia protestante más numerosa del mundo. Como una forma de unir a las iglesias a nivel mundial, en 1950 se formó la Federación Luterana Mundial, que reúne en una sola comunión de fe a la gran mayoría de las iglesias luteranas del mundo. Aunque una gran parte de los luteranos del mundo sigue viviendo en los países de Europa central y del norte, el cristianismo de confesión luterana ha crecido con importante intensidad en América, África y Asia. La Federación Luterana Mundial, cuya sede se encuentra en Ginebra (Suiza), coordina las actividades de gran parte de las iglesias luteranas de todo el mundo y motiva las relaciones ecuménicas, los estudios teológicos y los servicios diaconales (servicio); está dirigida por un comité ejecutivo que no ejerce autoridad sino que cumple un rol de asistencia, colaboración y representación. Casi todas las iglesias luteranas pertenecen también al Consejo Mundial de las Iglesias, entidad ecuménica preocupada por el diálogo entre las iglesias cristianas y el trabajo en conjunto en busca de un mundo más amable, justo y cristiano.

 

El Luteranismo en la Historia

El luteranismo siempre se mostró preocupado por los aspectos culturales e intelectuales de la fe cristiana. Su influencia en la música a través de compositores e intérpretes ha sido tan importante como lo fue en la filosofía y la teología, algunos de ellos son:

–  Johann Sebastian Bach (1685-1750)
–  Dietrich Buxtehude (1637-1707)
–  Michael Praetorius (1571-1621)
–  Heinrich Schütz (1585-1672).

Grandes pensadores de formación luterana articularon sus ideas basándose en la libertad de fe propuesta por Lutero en diálogo, y a veces en oposición, con la tradición cristiana, pero estableciendo siempre la vanguardia de su época y abriendo nuevos caminos para la comprensión del ser humano, del mundo y de Dios. Algunos de ellos son como:

–  Gottfried W. Leibniz (1646-1716)
–  Immanuel Kant (1724-1804)
–  Johann W. von Goethe (1749-1832)
–  Johann G. Fichte (1762-1814)
–  Georg W. Friedrich Hegel (1770-1831)
–  Wilhelm Dilthey (1833-1911)
–  Friedrich W. Nietzsche (1844-1900)
–  Arthur Schopenhauer (1788-1860)
–  Søren Kierkegaard (1813-1855)
–  Max Weber (1864-1920)
–  Karl Jaspers (1883-1969)
–  Martin Heidegger (1889-1976)

El luteranismo también ha inspirado a una larga serie de importantes investigadores bíblicos y prominentes teólogos. Todos ellos, y muchos otros, han colaborado en gran medida a una mejor comprensión de lo divino y de la praxis cristiana en el mundo, siendo en varios casos, los precursores de las teologías emergentes. Algunos de ellos son:

–  Martín Lutero (1483-1546)
–  Albert Schweitzer (1875-1965) también médico y músico
–  Johann Gerhard (1582-1637)
–  August Hermann Francke (1663-1727)
–  Friedrich Schleiermacher (1768-1824)
–  David Friedrich Strauss (1808-1874)
–  Albrecht Ritschl (1822-1889)
–  Adolf von Harnack (1851-1930)
–  Rudolf Otto (1869-1937)
–  Rudolf Bultmann (1884-1976)
–  Paul Tillich (1886-1965)
–  Dietrich Bonhoeffer (1906-1945)

 

El Luteranismo y la Libertad de Fe

Lutero luchó por la libertad de fe hasta su muerte. Nadie puede obligar a otro a creer en Dios ni tampoco la Iglesia puede promulgar leyes como si fuera “dios”. Así, gracias a la obra de valientes reformadores, el mundo logró recuperar la luz de una época oscura y conducir a la humanidad hacia la libertad de fe y también de acción, basándose en la autoconsciencia y responsabilidad social cristiana. Con todo, la base de libertad propuesta por Lutero en su famoso escrito La Libertad Cristiana (1521)se resume así:

El cristiano es libre y señor de todas las cosas y no está sujeto a nadie.
El cristiano es servidor de todas las cosas y está sujeto a todos.

La Iglesia Luterana, al igual que otras confesiones protestantes, tuvo que armarse de mucho valor y paciencia para que se permitiese el culto en los países sudamericanos. Fue recién a finales del siglo XIX que se dio permiso a los protestantes a tener sus cultos, sepultar a sus fallecidos y contraer matrimonios mixtos, a construir cementerios propios y a levantar templos. Vale destacar sí, que todo se podía realizar únicamente en privado. Una vez que se permitió la construcción de templos protestantes, primero debían ser sin torre ni campanario ni tampoco podían tener una puerta principal, es decir, no podían parecer “iglesias”. De hecho, la Iglesia Luterana de La Santa Cruz en Valparaíso, Chile, es la primera iglesia no romana en construir un templo con torre y campanario en toda Latinoamérica (1897).

No ha sido fácil nuestra historia, pero nuestros antepasados nos han dejado una herencia digna de llevar en nuestras espaldas, y de la cual nos sentimos orgullosos; siguiendo por sobre todo el ejemplo de vida y sabiduría de nuestro Señor Jesucristo y sus Apóstoles.